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Experiencias “unglugged”

En una época en la que imperan los viajeros hiperconectados y en la que el servicio de wi-fi gratis se promociona como un valor agregado, surgen los hoteles y restaurantes que marcan la contratendencia. Proponen a sus clientes una experiencia libre de todo dispositivo móvil y sin conexión a Internet. 

Enviar un mensaje por WhatsApp a los amigos contando la experiencia de viaje, ingresar al correo para confirmar una compra, mandar un mensaje de texto a mamá avisando que estamos bien, entrar a Google Maps para geolocalizar atractivos turísticos, chequear una notificación de Facebook, leer un tweet de último momento o subir una foto a la cuenta de Instagram. Todas son excelentes excusas para tomar el celular o la tablet y conectarnos con la tecnología durante las vacaciones. La secuencia se repite en todos los destinos y tiene como protagonistas a viajeros de diversas edades y de todos los segmentos.

Sin embargo, la invasión de la tecnología y conexión permanente, que parece haber llegado para quedarse, también tiene su contratendencia. Se trata de viajes que proponen una desintoxicación digital. Y de hoteles y restaurante que fomentan y premian el no uso de la tecnología.

HOSPEDAJE TECH-FREE.

En el sector hotelero, las propuestas de estadías sin la compañía de dispositivos móviles son una tendencia que va ganando cada vez más adeptos.

De hecho forma parte de una forma de gestión y mercadeo basada en la especialización. Hay que tener en claro que se trata de una propuesta específica para un nicho de mercado y, por lo tanto, se debe vender en la forma y a través de los canales adecuados. No es un producto de masas y el entorno y ubicación de los establecimientos son claves para la promoción.

A su vez, vale aclarar que algunos empresarios hacen de la carencia de infraestructuras o conexión, un punto fuerte para la comercialización y el posicionamiento de su producto. Un ejemplo de ello son algunas casas rurales ubicadas en zonas donde no hay cobertura. De modo, que al no poder ofrecer wi-fi a sus huéspedes, les proponen una estadía tech-free.

Un ejemplo es el complejo rural Mil Madreñas Rojas en León (España) donde ni siquiera hay televisión (porque a sus dueños no les gusta). Se trata de solo cuatro apartamentos ecológicos desde los que se organizan excursiones de montaña, turismo ornitológico y talleres de arte vegetal.

Más allá de estos casos de proyectos independientes, algunas cadenas también ofrecen una estancia alternativa. Tal es el caso de Vincci Hoteles, que en sus establecimientos de Marbella, Sierra Nevada y Tenerife ofrece un Digital Detox Pack. En el check in proponen a los huéspedes hacer el depósito voluntario de todos sus aparatos electrónicos. Como contrapartida fomenta dedicar unos días a leer (facilitan los libros), meditar y disfrutar del paisaje. A esto suman una dieta détox y un programa de bienestar en el spa.

Por su parte, el JW Marriott Cancún Resort & Spa y el Grand Cayman Marriott Beach Resort disponen de las llamadas ‘zonas francas libres de tecnología’. Mientras que el Westin Dublin, emplazado en la capital de Irlanda, apuesta a un programa détox en medio de la urbe. Le ofrece a sus huéspedes un “detox survival kit” a cambio de entregar sus dispositivos tecnológicos en la recepción. La caja incluye un juego de mesa, un mapa para caminar la ciudad y un kit para plantar un árbol, entre otros objetos.

Asimismo, la cadena de hoteles de lujo Oetker Collection incorporó un interruptor en el Hotel Brenners Park-Hotel & Spa (Alemania), que activa un panel de cobre en las paredes para bloquear todas las señales inalámbricas de Internet.

SABOR A DESCONEXIÓN.

En el caso de la gastronomía, los celulares también perdieron terreno en la mesa de los restaurantes. Una tendencia global que tuvo sus primeros casos en Estados Unidos.

En Buenos Aires cada vez son más los bares y restaurantes que ofrecen descuentos y beneficios a quienes decidan apagar el teléfono o lo dejarlo en la recepción. Si bien no es obligatorio que los clientes adhieran a la propuesta.

“Si apagás el celular durante tu almuerzo, te descontamos el 10%”, se puede leer de lunes a viernes en una de las pizarras que expone el restaurante de Palermo Fifí Almacén.

“Nuestra propuesta a los comensales es ‘desenchufarse’. Por eso diseñamos una caja de madera, que se coloca en cada una de las mesas, para depositar allí el celular apagado. No pasa un día sin que algunos de los clientes se sume a la propuesta. La motivación extra es el descuento sobre el total del consumo”, relató Micaela Longo, encargada de Fifí Almacén.

Por su parte, el tradicional restaurante del Club del Progreso ofrece un descuento del 15% sobre el ticket a quien deje el celular en la caja, al ingresar al establecimiento. “De este modo promovemos la comunicación genuina entre los comensales. Y la respuesta del público es altamente positiva. Se suman clientes de todas las edades. Vamos al revés de la mayoría de los restaurantes que promocionan la conexión wi-fi gratis como principal valor agregado. Nosotros contamos con este servicio pero fomentamos el disfrute de la mesa y de la buena comida”, explicó Benjamín Zadunaisky, gerente del restaurante.

En la pizzería Monzú también se compensa a quienes acceden a una dieta digital con una porción de Chips & Dip o con la entrada del día gratis. Allí el celular tampoco llega a la mesa: se entrega al ingresar y se retira a la salida. “Intentamos que nuestros clientes se desconecten y disfruten de este espacio. Hoy cerca del 70% de la clientela se suma a la propuesta; principalmente el público joven. Por eso queremos mantener y mejorar esta acción”, indicó César Ruiz, cocinero de Monzú.

Finalmente, La Baita también compensa con el 5% de descuento, los días de semana, a quienes dejan sus dispositivos móviles en la recepción.

Cabe destacar que la estrategia del “cell parking” comenzó en 2013 en Santiago (Chile), impulsada por la empresa Viña San Pedro, creadora de la marca Castillo de Molina. De este modo, colocó lockers en los restaurantes en los que vende sus vinos para que los comensales puedan dejar su celular. Cuando lo desee se lo devuelven y la bodega premia la desconexión con una botella de vino. Se trata de una iniciativa que se aplica en varios establecimientos de la capital chilena, como Cocoa, Hanzo y Mezzanotte.

En Medellín, el restaurante Delirio llevó adelanta una campaña por tiempo limitado con la empresa Dislicores y la bodega Castillo Molina. La propuesta a los comensales consistía en disfrutar de un vino gratis de esta marca si todos los integrantes de la mesa apagaban los celulares y se los entregaban al mozo. El propietario de restaurante, Ricardo Trujillo, explicó que “si bien fue una campaña temporaria, los resultados fueron satisfactorios”.

La prueba piloto la realizaron 10 restaurantes de Medellín, que además informaban a los clientes sobre la problemática social que ocasiona la dependencia a los smartphones.

Finalmente, además de las propuestas de los establecimientos, los comensales también adoptaron sus propias reglas sobre el uso del celular al momento de la comida. En tal sentido, cada vez tiene más adeptos el juego “The Phone Stack”. Consiste en apilar los teléfonos, dejarlos en una esquina de la mesa y castigar a quien lo tome para chequear si tiene un llamado, un mensaje o una notificación en redes sociales. El primero que toma su celular, paga la cuenta.

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